El bondage es una práctica sexual que implica la restricción deliberada de una o más personas para aumentar el placer y la excitación durante actividades sexuales consensuadas. Consiste en atar, amarrar o inmovilizar a la persona (conocida como “sumiso” o “sumisa”) utilizando cuerdas, esposas, vendas u otros dispositivos diseñados para este propósito.

El bondage puede variar desde formas suaves y sensuales de restricción hasta prácticas más intensas y avanzadas, dependiendo de las preferencias y límites de las personas involucradas. Algunas personas encuentran excitante el aspecto de la sumisión y la entrega, mientras que otras disfrutan del control y la dominación sobre su pareja.

Es importante destacar que el bondage debe practicarse de manera segura, consensuada y con pleno respeto hacia los deseos y límites de todas las partes involucradas. La comunicación abierta y el establecimiento de palabras seguras (safewords) son fundamentales para garantizar una experiencia placentera y segura para todos los participantes.

En resumen, el bondage es una forma de explorar la sexualidad y el placer a través de la restricción física, que puede ser una experiencia emocionante y gratificante cuando se practica de manera segura y consensuada.

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